Nuestro primer día estuvo lleno de inquietudes y miedos al no saber que situaciones nos ibamos a encontrar en aquella residencia, pero satisfactoriamente lo que nos encontramos fue fabuloso, personas con quien compartir experiencias, personas llenas de esperanza al ver que había gente que se preocupaba por ellos y sobre todo una gran solidaridad por parte de aquellas hermanas que se ocupaban de cuidar las 24 horas a aquellos ancianos, sin descuidar su sonrisa. Los demás día que hemos podido ir a ayudar han sido similares, ya que ayudando en la cena o con una simple charla a la tarde lográbamos hacer sonreir a algunas personas y sin duda eso fue lo mejor de todo. Definitivamente esta experiencia ha merecido la pena. No sólo porque era bonita y diferente, sino también por lo que ha conllevado. Y esque el voluntariado en Las Hermanitas De Los Pobres nos ha aportado únicamente cosas buenas: hemos tenido contacto con personas mayores, las cuales todos tendemos a olvidar, les hemos ayudado y hemos establecido vínculos de complicidad a pesar de la diferencia de edad, y hemos hecho un servicio a esta organización, lo que nos ha hecho sentir realmente bien.
En resumen, lo que nos ha aportado son tanto valores de amistad como de humanidad, y la satisfacción de ayudar. Y por ello en cuanto pasen los exámenes y los agobios es probable que reanudemos esta actividad.
Os animamos a colaborar, un saludo María y Laura
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