Artículo publicado en la sección de cartas al director de Diario de Navarra el 17 de noviembre de 2009
Entre el 8 y el 15 de Noviembre de 1909, en dos fases, se abrió al alumnado el Colegio San José de Pitillas, regentado por la Congregación de las Hijas de Jesús. Este Colegio fue inaugurado por la fundadora de la Congregación, Beata Madre Cándida, merced al impulso del entonces Obispo de Vitoria, Don José Cadena y Eleta, hijo de Pitillas. Este hecho motiva que estemos celebrando el Centenario de la presencia de esta Congregación, dedicada preferentemente a la enseñanza, en nuestra Comunidad. El Colegio de Pitillas estuvo abierto más de 50 años, aunque en la década de los sesenta la Congregación abrió un nuevo centro en el barrio pamplonés de la Chantrea, concretamente en 1962, primero en un pequeño chalet y posteriormente construyendo el actual edificio de la Avenida Corella.
La presencia de estas religiosas en Navarra, las Jesuitinas, ha sido pródiga en dones. Miles de navarros se han educado, humana y cristianamente, en sus aulas. La presencia pastoral y social en Pitillas y en el barrio de la Chantrea, ha sido, y sigue siendo, importante y fructífera. La semilla de la Madre Cándida en Navarra ha dado cientos de vocaciones que no han dudado en acudir “hasta el fin del mundo en busca de almas”. Es momento de acordarse de todas ellas y agradecerles profundamente su labor. No podemos nombrar a todas, pero sirvan algunas de ejemplo; los de la madre Manuela Astiz, de Muguiro, ejemplo de Santidad y bondad, las hermanas Bustince de Izco, Mª Jesús Navarro, que lleva años en América trasmitiendo su alegría tudelana, las hermanas Castellano de Tudela (¡quien no recuerda a Natividad en la Chantrea!), Ana Burgaleta de Tudela, que casi centenaria sigue rezando por todos desde San Sebastián, Pilar Urbiola de Dicastillo, Esperanza Satrústegui de Berrioplano, Paulina y Asunción Díez de Beire, Josefa Legaz, de Echalar, o las chantreanas Raquel Amigot y Blanca Esther Iriarte. Y por supuesto, las religiosas jesuitinas procedentes de Pitillas, que han sido innumerables, Ruperta Pegenaute, Juana Mª y Carmen Ibáñez, Carmen Martínez de Azagra, Teresa Alli, Marianela Sagardoy, María y Josefina Rey, Julia Anaut, Inés y Mª Cruz Sada, Andresa y Brígida Sagardoy, Francisca Pascual, Remedios Arizaleta, etc.
Es evidente que tras la abundancia de vocaciones ha llegado la época de escasez, pero el carisma sigue vivo en Pamplona a través de unas pocas religiosas, Consuelo, Marisol, Pilar, Blanca, Mª Antonia, Maruja, Julia...de un numeroso grupo de profesores seglares que trabajan codo con codo con ellas y en 900 alumnos y sus familias que hoy en día siguen formándose en sus aulas. Como dice la canción, “y que cumplas muchos más”... La iglesia y la sociedad navarra os sigue necesitando. Y, desde el corazón, en representación de todos los que admiramos esta obra, muchas gracias por todo.
José Mª Muruzábal del Solar
1 comentario:
Mi enhorabuena y agradecimiento a la Congregación por estos 100 años de labor educativa cristiana en Navarra. Que las Hermandas sigan trabajando con dedicación e intensidad, y que los laicos (profesores y familias) vayamos de la mano para conservar el carisma y seguir trabajando con la educación cristiana para muchos niños y jóvenes.
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