La primera fase de nuestro viaje comienza en el aeropuerto. Tomamos primero un avión con destino a Madrid y luego enlazamos con vuelo a Copenhague. Aquí ya empezaron las emociones, ya que para la mitad del equipo era su primer desplazamiento en avión.
A la llegada al aeropuerto de Copenhague, nuestro objetivo era encontrar el metro que nos debería llevar a las cercanías del hotel. Google Map no se equivocó y todas las estaciones se encontraban en su sitio, por cierto con unos nombres de imposible pronunciación. Pero las distancias teóricas sobre un mapa, el equipaje que acarreábamos, el cansancio acumulado y el precioso suelo adoquinado que hacía trotar a nuestras maletas, hizo que nos costase llegar a nuestro hotel más tiempo del estimado.
En nuestro camino pudimos observar varias cosas que nos llamaron la atención. En primer lugar, además de la belleza de todos y cada uno de los edificios que nos rodeaban, nos sorprendió comprobar la limpieza de las calles y paredes; ni un solo papel, cáscara de pipa o pintada. El uso de la bicicleta está muy extendido, y el carril bici está muy bien diseñado. Pero si todo son facilidades para los ciclistas, encontrar un paso de cebra para cruzar las carreteras era misión imposible…
Ya en el hotel, pudimos observar de una rápida mirada toda la habitación; digamos que “muy acogedoras”, pero de un reducidísimo tamaño. Eso sí, con baño completo, televisión, y WiFi.
La tarde del primer día la finalizamos con una suculenta Pizza y un paseo por una céntrica y elegante zona.
Aún sabiéndolo de antemano, la primera sorpresa, de la mañana siguiente, fue que para las 5 ya entraba por las ventanas un sol radiante estampado sobre un cielo brillante y azul.
El viernes por la mañana la organización de la FLL nos llevo a un museo de ciencia interactivo. Pudimos ver también la célebre “sirenita” y disfrutar de un paseo en barco por los canales. Para nuestra delicia, infinidad de barcos de aspecto pirata se encontraban amarrados en la orilla.
Ya por la tarde nos desplazamos al Bella Center, emplazamiento donde tuvo lugar el campeonato. Cada equipo teníamos una zona denominada “pit” que podíamos decorar a nuestro antojo. Carteles, banderas, música local, ordenadores, proyectores, pancartas y múltiples objetos comenzaron a salir de las cajas de cada equipo, llenando de vida, originalidad y color la zona de entrenamiento. Coreanos, japones, irlandeses, australianas, estadounidenses, alemanes, jordanos, egipcios...... etc un sin fin de nacionalidades trabajaban y charlaban a nuestro alrededor.
En la mañana del sábado, después de una ceremonia de inauguración al más puro “estilo olímpico” con desfile de todos lo equipos, comenzó la competición. Exposición del proyecto técnico... proyecto científico... y primeras rondas con el robot. La verdad es que nuestro comienzo con “Wally” (nombre de nuestro robot) no fue muy bueno, pero al final obtuvimos la posición nº23 de 48 equipos, resultado que viendo el nivel de los competidores, nos llena de satisfacción.
Por la tarde del sábado disfrutamos de una cena, amenizada por actuaciones de acróbatas y bailarines. Después pudimos jugar a fútbol, jockey, lucha gladiadores, toro mecánico, bicicletas de una sola rueda, y muchos otros deportes además de disfrutar de una discoteca.
El domingo estuvo marcado por la gran final de mesa del robot. Se enfrentaron un equipo brasileño contra otro chino. De forma automática nuestro equipo, y la mayoría de los asistentes, nos posicionamos de parte del equipo de Brasil.... que además fue quien ganó esta competición. El ganador absoluto fue un equipo danés.
En definitiva ha sido una experiencia maravillosa, en la que charlamos con personas de otros países, practicamos el inglés, vimos una ciudad preciosa, aprendimos mucho sobre el diseño de nuestro robot, bailamos “la macarena” y un sin fin de cosas más que tardaremos mucho tiempo en olvidar.
Aprovechamos la ocasión para agradecer a Lucía Nieto y Maria Jesús Pujol, del CEIN toda la ayuda prestada en la organización de la actividad, así como al consejero de Innovación, Empresa y Empleo, José María Roig Aldasoro. Queremos agradecer también a José Carlos de la Dehesa Villar (Director de Educación y Juventud del Ayuntamiento de Pamplona) su colaboración para que esta experiencia se haya podido realizar.
El equipo Robowall.es está muy orgulloso de su trabajo.... y ya está pensando en la First Lego League 2009...
1 comentario:
Gracias David por esta experiencia. Sin ti nada hubiese sido posible.
Espero seguiros el año que viene y que las cosas os vayan aún mejor que en este.
Haizea
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